En 1933, el cineasta español Luis Buñuel, tras el escándalo de “La edad de oro” y su ruptura con el movimiento surrealista liderado por Salvador Dalí, se encontraba en una encrucijada creativa y financiera. En busca de redención artística, decidió embarcarse en un proyecto audaz: documentar la vida en Las Hurdes, una de las regiones más pobres y aisladas de España. Este desafío dio origen al documental “Las Hurdes, tierra sin pan”, una obra que fusiona la cruda realidad con el inconfundible sello surrealista de Buñuel.
La película animada “Buñuel en el laberinto de las tortugas” (2019), dirigida por Salvador Simó, nos sumerge en este capítulo crucial de la vida del cineasta aragonés. Basada en la novela gráfica homónima de Fermín Solís, la cinta explora el proceso creativo y las dificultades que Buñuel enfrentó durante el rodaje en Las Hurdes, así como su evolución personal y profesional en medio de un entorno hostil y desafiante.
A través de una narrativa que entrelaza la animación con imágenes documentales, la película ofrece una mirada introspectiva al genio de Buñuel, revelando sus conflictos internos, su relación con sus colaboradores y su compromiso con el arte como herramienta de transformación social.

Guion, dirección de arte y fotografía
El guion, coescrito por Salvador Simó y Eligio R. Montero, destaca por su fidelidad al material original y su capacidad para profundizar en la psicología de los personajes. La estructura narrativa alterna entre el presente del rodaje y flashbacks de la infancia de Buñuel, proporcionando contexto y profundidad a sus motivaciones y obsesiones. Esta dualidad temporal enriquece la trama y permite al espectador comprender las raíces de su visión artística.
La dirección de arte, liderada por José Luis Ágreda, es uno de los pilares fundamentales de la película. Los paisajes áridos y las aldeas de Las Hurdes están recreados con una paleta de colores terrosos que reflejan la dureza y la desolación del entorno. Los diseños de personajes capturan la esencia de las figuras históricas, manteniendo un equilibrio entre la caricatura y el realismo, lo que facilita la conexión emocional del público con la historia.
La fotografía, a cargo de José Manuel Piñero, complementa la dirección de arte al utilizar encuadres que evocan el estilo documental de Buñuel. La integración de secuencias animadas con material de archivo del documental original es fluida y efectiva, creando una atmósfera inmersiva que transporta al espectador al universo buñueliano. Esta fusión de técnicas resalta la habilidad del equipo para rendir homenaje al cineasta mientras se exploran nuevas formas de narración visual.

Psicología de los personajes y actuación vocal
La película profundiza en la complejidad emocional de Luis Buñuel, retratándolo como un artista atormentado por sus propias contradicciones. Su lucha interna entre el compromiso social y su inclinación surrealista se manifiesta en decisiones controvertidas durante el rodaje, reflejando su constante búsqueda de autenticidad artística. La voz de Buñuel, interpretada por Jorge Usón, transmite con precisión esta dualidad, aportando matices que enriquecen al personaje.
Ramón Acín, amigo y mecenas de Buñuel, es representado como el contrapunto moral del director. Su idealismo y generosidad contrastan con el pragmatismo de Buñuel, evidenciando las tensiones entre la ética y el arte. Fernando Ramos pone voz a Acín, logrando una interpretación que refleja la bondad y el compromiso social del personaje, añadiendo una capa de humanidad a la narrativa.
Los habitantes de Las Hurdes, aunque secundarios en la trama, son retratados con respeto y autenticidad. Sus voces y expresiones capturan la resiliencia y dignidad de una comunidad enfrentada a la adversidad, evitando caer en estereotipos y fortaleciendo el realismo de la historia.

Influencias
Buñuel en el laberinto de las tortugas está impregnada de referencias al surrealismo, movimiento artístico que marcó la carrera de Buñuel. La película incorpora elementos oníricos y simbólicos que reflejan la influencia de artistas como Salvador Dalí y Luis Aragon, destacando la conexión de Buñuel con el círculo surrealista parisino. Estas secuencias aportan una dimensión introspectiva, explorando el subconsciente del protagonista y su percepción de la realidad.
La película también aborda temas existenciales y éticos, cuestionando la responsabilidad del artista frente a la miseria humana. Las decisiones de Buñuel durante el rodaje plantean dilemas sobre la manipulación de la realidad y la moralidad en la representación del sufrimiento, invitando al espectador a reflexionar sobre los límites del arte y su impacto en la sociedad.
La narrativa se inspira en la novela gráfica de Fermín Solís, manteniendo la esencia del cómic mientras expande su contenido para profundizar en la psicología de los personajes. Además, la película evoca la obra de escritores como Franz Kafka, en su exploración de la alienación y la absurda condición humana, y Miguel de Unamuno, en su reflexión sobre la identidad y la lucha interna del individuo.
Artísticamente, la animación rinde homenaje al cine de Buñuel, replicando su estilo visual y temático. La inclusión de imágenes del documental original “Las Hurdes, tierra sin pan” crea un diálogo entre el pasado y el presente, resaltando la atemporalidad de las preocupaciones sociales y estéticas del director.
Salvador Simó, un visionario de la animación
Salvador Simó es un director y guionista español con una amplia trayectoria en el mundo de la animación. Inició su formación en 1991 en el American Animation Institute de Los Ángeles, mientras trabajaba en el estudio Bill Melendez Productions en un especial de Charlie Brown. citeturn0search9 Tras su regreso a Europa, colaboró con diversas compañías, incluyendo Disney en París, donde residió durante dos años.
A lo largo de su carrera, Simó ha participado en proyectos de renombre como “Passengers” (2016) y “The Wolfman” (2010). citeturn0search1 Su experiencia abarca desde la animación tradicional hasta los efectos visuales, lo que le ha permitido desarrollar una visión integral del proceso cinematográfico. En 2018, debutó como director de largometrajes con Buñuel en el laberinto de las tortugas, una obra que combina su pasión por la animación y su interés por las figuras históricas del cine.
Simó ha demostrado una habilidad excepcional para adaptar obras literarias al cine, respetando la esencia del material original mientras aporta su perspectiva única. Su enfoque meticuloso y su compromiso con la calidad narrativa y visual lo han consolidado como una figura destacada en la industria de la animación española.

Diseño de sonido y banda sonora: una inmersión sensorial en el universo buñueliano
Los sonidos ambientales de Las Hurdes, como el viento, los animales y las actividades cotidianas de los habitantes, se integran de manera orgánica en la narrativa, transportando al espectador al entorno rural de la década de 1930. Esta atención al detalle sonoro enriquece la experiencia inmersiva y refuerza la autenticidad del relato.
La banda sonora, compuesta por Arturo Cardelús, complementa la narrativa con una música que oscila entre lo emotivo y lo inquietante. Las melodías, interpretadas principalmente por instrumentos de cuerda, reflejan la dualidad entre la belleza del paisaje y la dureza de la vida en Las Hurdes. La música se convierte en un personaje más, acompañando el viaje emocional de Buñuel y su equipo, y subrayando los momentos clave de la trama.
La colaboración entre el diseño de sonido y la banda sonora logra una cohesión que potencia la narrativa visual. Esta sinergia crea una experiencia sensorial completa, donde cada elemento sonoro contribuye a sumergir al espectador en el mundo de Buñuel y en los desafíos que enfrentó durante la realización de su documental.