En una campiña islandesa ocurre la historia de Cordero, en la que una pareja de granjeros, María e Ingvar, se enfrentan a la dureza de una vida solitaria y sin hijos. Sin embargo, un día sucede algo extraordinario que desafía todas las convenciones: nace una criatura mitad cordero, mitad humano.
A pesar de la inicial conmoción, los dos deciden criar a esta inusual “hija” como si fuera suya, nombrándola Ada. Lo que sigue es una exploración conmovedora y a veces perturbadora de los lazos familiares y la condición humana.
Cordero es la ópera prima del director islandés Valdimar Jóhannsson, en la que desentraña cómo esta situación sobrenatural afecta la dinámica de la pareja y pone a prueba los límites del amor incondicional de un padre. Esta cinta se puede ver actualmente en la plataforma Mubi.
Dirección y producción de Cordero
El guion coescrito por Sjón y el director Valdimar Jóhannsson crea una atmósfera de inquietud creciente mediante un desarrollo lento y meticuloso, se caracteriza por su minimalismo y el uso sutil del simbolismo. La historia se desarrolla con un ritmo pausado y reflexivo, invitando al espectador a sumergirse en la atmósfera rural y a reflexionar sobre los temas que se abordan.
La dirección de arte, a cargo de Helgi Jóhannsson, crea una estética austera y realista que logra un entorno agreste pero acogedor que se ve gradualmente invadido por elementos siniestros.
La fotografía de Eli Arenson, emplea una paleta de colores terrosos y luces tenues que evocan el aislamiento de la granja, al tiempo que captura la belleza austera del paisaje islandés. Las tomas cercanas de la “cría” mitológica son tan cautivadoras como inquietantes.
Interpretaciones estelares de una situación extraordinaria
Noomi Rapace y Hilmir Snær Guðnason, encarnan con gran sensibilidad los papeles principales. Rapace transmite la calidez maternal de María, pero también sugiere una creciente incomodidad a medida que Ada madura.
Guðnason retrata con destreza la transición de Ingvar de un padre devoto a alguien cada vez más atormentado.
Influencias del folclore, el horror corporal y el ecologismo
Cordero toma diversas fuentes como el folclore islandés, los cuentos de hadas oscuro y el cine de horror corporal como La mosca. También hay ecos del movimiento “eco-horror” de los 70, que exploraba los peligros de alterar el orden natural.
Al igual que El Sacrificio de Tarkovsky, la película indaga en los límites de la fe y el sufrimiento. Mientras que la premisa recuerda a La piel que habito de Almodóvar, en la que el tono es más contenido y centrado en los personajes.
Otra referencia puede ser la obra de Mary Shelley Frankenstein, al abordar los temas del rechazo a la diferencia y la creación de vida artificial.
Valdimar Jóhannsson y su ópera prima
Valdimar Jóhannsson es un cineasta islandés cuya ópera prima ha sido aclamada en festivales de cine internacionales. Aunque Cordero es su primer largometraje, su cortometraje anterior Hafnsaga ya mostraba su talento para el terror sutil.
Criado en una granja remota, Jóhannsson tiene una conexión profunda con los entornos rurales que retrata. Su visión está también muy influenciada por la rica mitología y folclore de su tierra natal.
A pesar de su estilo austero, el director logra grandes actuaciones de sus protagonistas para transmitir emociones complejas con un mínimo de diálogo. Jóhannsson demuestra ser un gran narrador visual emergente en el panorama del cine de terror contemporáneo.
Sonidos y partituras que acentúan lo siniestro
El diseño de sonido a cargo, logra sumergir al espectador en el remoto valle islandés. Los inquietantes balidos de Ada y los sonidos de la granja realzan la sensación de aislamiento opresivo.
La partitura minimalista de Tóti Guðnason, emplea cuerdas tensas y disonancias sutiles que amplifican el misterio y la incomodidad creciente. Los ocasionales cantos folclóricos islandeses aportan un toque sobrenatural.