Scoop cuenta que en noviembre de 2019 el mundo presenció un momento histórico cuando el príncipe Andrés, duque de York, concedió una controvertida entrevista a la BBC. Este espacio, conducido por la periodista Emily Maitlis, tuvo como objetivo abordar los vínculos del príncipe con el difunto Jeffrey Epstein, un convicto por delitos sexuales.
La entrevista llevó a Andrés a retirarse de sus deberes reales y fue considerada un desastre de relaciones públicas y un punto de inflexión en la reputación de la monarquía británica. Netflix capturó este momento trascendental en la película Scoop, una dramatización de los acontecimientos que condujeron a la fatídica entrevista.
Dirigida por Philip Martin y estrenada en Netflix en 2024, nos presenta a Billie Piper (Sam McAlister), una ambiciosa productora de Newsnight, quien junto a su equipo, incluyendo a la periodista Emily Maitlis (Gillian Anderson), se embarca en una carrera contrarreloj para obtener la exclusiva.
Esta película nos lleva a la intimidad de la BBC y el Palacio de Buckingham, ofreciendo una mirada interna a las maquinaciones de ambas instituciones, explorando cómo se logra llegar a una de las entrevistas más reveladoras de la historia moderna.
El texto, la cámara y el arte
El guión de Scoop, escrito por Samantha McAlister, Peter Moffat y Geoff Bussetil, resulta un trabajo meticuloso que logra equilibrar el drama y la tensión con momentos de humor mordaz. Este texto se caracteriza por su ritmo trepidante y su capacidad para generar tensión a través de diálogos inteligentes y una trama que se desarrolla con naturalidad.
La dirección de arte, liderada por Danielle Bayliss, recrea con precisión los entornos, desde las oficinas de la sala de redacción de Newsnight en la BBC hasta los interiores reales del Palacio de Buckingham, mientras que la fotografía de Nanu Segal captura la atmósfera claustrofóbica de las salas de redacción y la frialdad de las residencias de la realeza.
Psicología de los personajes y las actuaciones
La interpretación de Gillian Anderson como Emily Maitlis es ceñida a la realidad, ya que captura la determinación y el profesionalismo de la periodista, mientras que también muestra su vulnerabilidad humana.
Rufus Sewell, como el príncipe Andrés, entrega una actuación inquietante y convincente, retratando a un hombre atrapado, frío, torpe y sumiso a su propia negación. El proceso de transformación a través del maquillaje due loable y dispendioso, al punto que quien no ve la ficha técnica, no podría reconocer fácilmente la presencia de Rufus en la película. Netflix destaca en un video detrás del proceso que el actor tenía que sortear en sus días de rodaje.
Por otro lado, las talentosas Billie Piper y Kate Fleetwood, brillan personificando a las productoras Sam McAlister y Annette Witheridge, respectivamente. Piper transmite la ambición y la astucia de McAlister, mientras que Fleetwood encarna la pasión y la ética periodística de Witheridge.
Scoop y sus influencias artísticas
Scoop se inspira en el estilo del cine documental británico, con su enfoque en el realismo y la observación minuciosa. También se pueden apreciar influencias del drama de procedimiento judicial, ya que la película sigue el proceso meticuloso de los periodistas para obtener la entrevista.
La película plantea preguntas sobre la ética periodística y el equilibrio entre el interés público y la privacidad. Además, explora temas como la responsabilidad, la negación y el poder de la verdad.
La película evoca las obras de periodistas y escritores como Bob Woodward y Carl Bernstein, quienes destaparon el escándalo de Watergate. También se pueden ver paralelos con las novelas de misterio y suspenso, donde los personajes se enfrentan a obstáculos y revelaciones inesperadas.
Philip Martin, el director
Philip Martin es un director británico conocido por su trabajo en series de televisión como The Crown y Prime Suspect. Con Scoop, Martin demuestra su habilidad para recrear eventos históricos con precisión y dramatismo.
Martin se sumergió en la investigación, estudiando exhaustivamente los archivos y entrevistando a los periodistas involucrados. Su enfoque meticuloso se refleja en la autenticidad de la cinta, donde cada detalle se siente verosímil.
Además de su talento como director, Martin también es un apasionado defensor de la libertad de prensa y la transparencia. Scoop es su manera de rendir homenaje al valor y la perseverancia de los periodistas que desafían al poder.
La gran primicia en el sonido
El diseño de sonido es sobrio y realista, destacando los sonidos ambientales de las oficinas de la BBC y los pasillos del Palacio de Buckingham. Los diálogos acentúan la tensión y el dramatismo de las conversaciones.
La banda sonora, compuesta por Anne Nikitin y Hannah Peel, es minimalista y atmosférica y utiliza una combinación de instrumentos de cuerda y electrónicos para crear una sensación de inquietud y anticipación, complementando sutilmente las escenas.